Antes de alistarse en el ejército, este inglés de pelo oscuro triunfaba entre todas las jóvenes y estaba convencido de que su buen aspecto le llevaría lejos. Salvo que tener cara de enamorado y un torso bronceado y magníficamente musculado no es nada bueno en el ejército. Una tarde en el bosque, su sargento le obliga a hacer flexiones y abdominales a sus pies. Y cuando saca su gran polla, el joven soldado empieza a bombear enseguida. Sólo está allí para actuar y obedecer. Los zapatos de su jefe presionan su polla sumisa y su polla estalla.