Se llama Geoffrey Paine, es treintañero, supermasculino, barbudo, lleno de encanto. Pero sobre todo, es un maníaco sexual mega activo. Sólo se folla un culo una vez, es un hombre de una sola vez. Pero cuando llega el momento de follarse a un pequeñajo, se asegura de que le recuerden el resto de su vida. El jovencito que lo conozca chillará y se correrá tanto, tomará tanto en su pequeño coño, que quedará enganchado. Todo lo que tendrá que hacer es meterse los dedos, recordando ese momento en el que el jefe le dio el orgasmo definitivo.
Un estudiante parece inocente y dulce pero en realidad el chico es un chupapollas profesional. Ha estado dando mamadas a sus compañeros en la universidad y descubrió su pasión por las pollas, pero ahora quiere experimentar el sexo con un hombre de verdad. Alguien que tome la iniciativa y le folle tanto la boca como el culito. Quiere sentir el poder de un semental maduro cabalgandolo profundamente y haciendolo gemir. El culo del chico esta hambriento.
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El chico quería un hombre de verdad. Soñaba con una polla grande, propiedad de un macho que lo dominara y lo utilizara. Le encontramos un semental italiano.